Burn out

El síndrome del “burnout”, o de desgaste profesional, se considera como la fase avanzada del estrés profesional, y se produce cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la realidad cotidiana del trabajo.
Es una patología severa, relativamente reciente, relacionada con el ámbito laboral y el estilo de vida. En especial de aquellas personas altamente calificadas y comprometidas, cuyos intereses profesionales predominan sobre los intereses personales.
Es un trastorno emocional –descrito como un estado de vacío interior - provocado por el trabajo y puede acarrear graves consecuencias físicas y psicológicas (como ansiedad y depresión) cuando el fenómeno se somatiza(1).

(1) somatización: Las personas con trastornos de este tipo presentan una serie de quejas y síntomas físicos, pero las pruebas médicas no indican enfermedad(es) orgánica(s). Y aun si hay enfermedad, no se pueden explicar sus síntomas, ya que el origen de dichos síntomas es psicológico.

A veces se puede experimentar astenia(2) y agitación al mismo tiempo (tics nerviosos, temblor de manos); palpitaciones; taquicardia y pinchazos en el pecho; aumento de la tensión arterial; dolores musculares, sobre todo en la zona lumbar; cefaleas; problemas digestivos (colon irritable); trastornos del sueño e inapetencia sexual.

(2) La astenia es una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso realizar las tareas más sencillas.

Curiosamente, no aparece después de realizar un gran esfuerzo, como sería lo normal, sino que se manifiesta cuando desarrollamos aquellas actividades que marcan nuestro día a día, incluso las más sencillas. Es más, la astenia puede manifestarse de forma constante, sin que se haya realizado ningún tipo de esfuerzo. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Estos síntomas hacen que la persona, tarde o temprano, asuma una postura agresiva o de total desinterés, que terminan invadiendo la vida social y familiar del afectado, que opta por aislarse y quedarse solo, lo cual influye su rendimiento en el trabajo y con frecuencia provoca “bajas” laborales.

Dentro de las causas probables en la aparición de esta dolencia se cuentan:
* Exceso de trabajo
* Bajos sueldos
* Escasos incentivos profesionales o falta de reconocimiento
* Pérdida de prestigio social
* Falta de recursos para llevar a cabo el trabajo
* Excesiva o insuficiente autoridad de la jefatura
* Fallas o ausencia de comunicación.
* Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga
* Desmoralización y pérdida de ilusión
* Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores.

Síntomas
* Impotencia.

* Al levantarse ya se siente cansado y apático.

* El trabajo no tiene fin y a pesar del esfuerzo por cumplir, “nunca se termina”.
* “Se pierde la alegría”.
* Aún cuando se tiene tiempo se siente siempre estresado.
* A vista de otras personas, aparentan decaimiento, sensibilidad, depresión e insatisfacción.
* A nivel físico se aprecian molestias múltiples como las descritas anteriormente.


Una de las principales “curiosidades” del síndrome es que se produce en profesiones que han sido elegidas libremente, es decir, son más vocacionales que obligatorias.El desconocimiento de esta afección y su negación, fomentan su padecimiento. Por ello es fundamental reconocerla y evitarla, ejerciendo un liderazgo afectivo, desarrollando las individualidades y haciendo que todos los colaboradores se sientan parte del equipo.

Diversos estudios indican que cuanto mayor grado de control tienen las organizaciones, se vuelven más propensas a la desmotivación lo que puede llevar a casos de burnout.

Para intentar evitar que aparezca este síndrome, las empresas deberían de adoptar algunas de las siguientes estructuras:

- Horizontalidad estructural
- Descentralización
- Mayor grado de independencia
- Promociones interna justas
- Flexibilidad horaria
- Apoyo a la formación