Primer Acto
Hernán es un muchacho no mal parecido, joven.
Llegó a una compañía de distribución para venta al menudeo, gracias a su hermano que ya trabajaba allí y lo recomendó.
A pocos días de cumplir un año en la compañía, postuló a una beca de estudios que entrega la empresa y se la adjudicó. Nadie se explica bajo qué parámetros se hizo la selección de los postulantes, pero dado que no son muchos los cupos, parece que la suerte lo acompañó en esto. Varios quedaron en el camino, aún cuando parecían mejores candidatos.
(Posteriormente se supo que su gerente intercedió por él frente al comité).
Al mismo tiempo, el ritmo del trabajo que desempeñaba, disminuyó ostensiblemente, lo que sin quererlo le dejó cada vez más tiempo disponible.
Lejos de buscar nuevas actividades y desafíos al interior de la compañía, hizo uso malicioso del tiempo y se dedicó a sus estudios. Cada vez más, al punto que descuidó lo poco que le quedaba por hacer cada día en la oficina.
No contento con esto y por cuestión de horarios en la universidad, solicitó un permiso especial para ausentarse por una mañana cada viernes. Lo cual también le fue concedido.
Sus compañeros comenzaron a murmurar sobre el trato especial que recibía. Y cada vez se notaba más la falta de control y la indefinición de su(s) supervisor(es).
Luego de cuatro años, abusando de la confianza de todos sus superiores (directos e indirectos) concluyó exitosamente su carrera universitaria.
Para celebrar el exitoso fin de su carrera, decidió viajar a Puerto Rico con su novia, que por su trabajo en una línea aérea, conseguía importantes descuentos en los boletos de avión.
Mañosamente y en forma absolutamente ilegal, decidió conseguir una licencia médica, que le permitiría ausentarse por una semana, sin hacer uso de sus vacaciones legales, que se verían acortadas hacia el verano.
Su “fortuna” sólo es comparable con su enorme ego y desfachatez.
Antes de viajar, usó por varios días el mensaje “a puerto rico los pasajes”… casi como burlándose de todos. Sus compañeros y superiores. Dado que sabía de antemano que lo que haría era a todas luces, incorrecto; inmoral; ilegal.
Un gerente cercano a su grupo, al percatarse de tal situación, decidió ponerle término a esta historia.
Los números de Hernán.
Percibió en promedio, poco más de US$1.000.- mensuales (US$13.000.- al año aproximadamente), en números redondos. Durante los cinco años y medio que permaneció en la empresa. Durante los cuáles su presencia y aporte concreto poco nada se notaron.
Como lo exige la ley, la compañía tuvo que desembolsar un sueldo por cada año que se desempeñó, 6 para estos efectos (se considera un año, por cada seis meses reales de labor, que era justamente el caso de Hernán, vaya suerte). Es decir, US$6.000.-, más otros costos asociados, como vacaciones, para completar un total de US$8.000.-
A lo largo de su “estadía” (no digamos “carrera”), percibió en total una remuneración cercana a los US$76.000.-
Trabajaba de lunes a viernes, entre las 08:00am y las 18:00pm. Eso al menos en lo que se refiere a lo estrictamente legal, porque la verdad es que estuvo los últimos dos años, llegando nunca antes de las 10:00am, sin que nada ni nadie se lo impidiera.
Resumen (valores aproximados)
- Renta acumulada: US$76.000.-
- Universidad por cuatro años: US$15.000.-
- Finiquito por despido: US$8.000.- (considérese esto un “premio” y la motivación de este artículo).
- Aporte económico u observable a la compañía: 0 (cero)
- Aporte social: 0 (cero)
Si ha llegado hasta aquí leyendo, imagino que le quedó clara la “contribución” de Hernán a la compañía…
Segundo Acto
Roberto. Muchacho humilde, joven.
Llegó a la compañía procedente de la bodega de un supermercado, gracias un amigo que conocía sus habilidades en desarrollo de software aprendidas por su propia mano (autodidacta).
Renta un cuarto en el centro de la ciudad y ahorra para poder comprar su casa propia algún día.
Algún día.
A seis meses de su llegada a la compañía, diseñó un software que permitió reducir las mermas en bodega central, con lo que la compañía logró ahorros por US$2 millones al año.
Al mismo tiempo y confiado de sus potenciales, postuló a la beca de estudios que entrega la empresa y sin explicación NO se la adjudicó. Nadie apeló ni intercedió por él.
Sus responsabilidades crecieron con el correr de los meses y comenzó a dirigir un grupo de tres programadores.
A pesar del poco tiempo que le quedaba, comenzó a entregar más y mejores productos, satisfaciendo las necesidades de la compañía y las de su jefatura.
Se involucró en un sinnúmero de proyectos de alto valor corporativo y a pesar del esfuerzo, comenzó a ahorrar para costearse él mismo sus estudios.
Con frecuencia faltaba a clases por cumplir con los plazos establecidos para sus proyectos.
Al cabo de tres años de tremendo esfuerzo, concluyó sus estudios técnicos.
Para celebrar, se comprometió en matrimonio con su novia de la secundaria.
En todos los años que Roberto lleva en la compañía, nunca ha llegado tarde, nunca ha enfermado –bueno, no ha faltado por esa razón al menos-.
Profesa gran respeto por sus pares y superiores. Es de trato amable y muy querido por sus compañeros.
Su disposición y voluntad llega a niveles en que desde su casa y en horario no hábil, da soporte a las aplicaciones que desarrolla.
Recientemente postuló a concurso por un cargo similar al suyo, pero con mejores expectativas de renta y crecimiento. Ha sido seleccionado entre más de 300 postulantes.
Los números de Roberto.
Percibió en promedio, poco más de US$500.- (quinientos) mensuales (US$6.000.- al año aproximadamente), en números redondos. Durante los seis años y tres meses que permaneció en la empresa. Durante los cuáles su sola presencia fue aporte, por su ejemplo de tenacidad y esfuerzo, amén de sus logros de aporte económico.
Dado que Roberto renunció para poder cambiar de compañía, la empresa, como es su obligación tuvo que pagar sus vacaciones (en proporción según correspondía). Más “sueldos por año de servicio” no fue un item en su finiquito (la ley no lo exige).
O sea, Roberto percibió por ese concepto, US$500.-, más otros costos asociados, completando un total de US$800.-
Su carrera en la empresa le permitió percibir en forma acumulada, una remuneración del orden de US$36.000.-
Resumen (valores aproximados)- Renta acumulada: US$36.000.-
- Universidad por tres años: US$ -4.500.- (la carrera tenía una duración de dos años, pero para Roberto resultó de tres. La costeó el mismo, por eso el signo negativo).
- Finiquito por retiro de la empresa: US$800.-
- Bonos y premios por desempeño: US$0.-
- Aporte económico u observable a la compañía: Más US$27,5 millones (sólo en ahorros objetivamente medibles)
- Aporte social: infinito.
Preguntas y conclusiones.
- ¿Cómo estamos motivando a nuestros empleados y subordinados?
- ¿Cuál de estos personajes preferiría Ud. ser?
- ¿Favorecen acaso las leyes a los “caradura”?
- ¿No le parece que debemos mejorar nuestra política de incentivos y gobierno corporativo?
Claramente debemos reaccionar y procurarnos rápidamente una política de “retención de talentos